Introducción
El shibari es mucho más que atar a alguien con cuerdas. Es una práctica japonesa con historia, arte y mucha conexión emocional. Aunque puede parecer misterioso al principio, muchas personas lo descubren como una forma profunda de explorarse a sí mismas y vincularse con otras desde un lugar de respeto y belleza.
Un poco de historia
Shibari significa “atadura” en japonés. Sus raíces están en técnicas marciales llamadas hojojutsu, que los samuráis usaban para inmovilizar prisioneros. Con el paso del tiempo, estas técnicas fueron evolucionando hasta transformarse en una forma artística, emocional y, en muchos casos, sensual.
Hoy el shibari se practica en contextos muy diversos: desde lo íntimo y privado, hasta escenarios públicos y performances artísticos.
Conexión y confianza
Más allá de los nudos, lo que hace especial al shibari es la conexión entre quien ata y quien es atado. Se construye desde el consentimiento, la comunicación constante y el respeto. No es una cuestión de fuerza, sino de sensibilidad, escucha y presencia.
Belleza visual y arte corporal
Las cuerdas pueden crear verdaderas obras de arte sobre el cuerpo. Las formas, las tensiones, las posturas y hasta el ritmo con que se atan tienen valor estético. Muchas personas practican shibari solo por el placer de contemplarlo o expresarse de forma artística.
¿Por qué practicarlo?
Cada persona tiene su motivo, pero aquí algunos de los más comunes:
-
- Para explorar la sensualidad de forma segura y consciente
-
- Para profundizar la confianza en pareja
-
- Como experiencia emocional o espiritual
-
- Como arte visual o parte de una performance
-
- Simplemente, porque se siente bien y bello
Un viaje que recién comienza
Si es tu primera vez acercándote al shibari, te damos la bienvenida. Este blog está creado para guiarte paso a paso, sin juicios ni apuros. Aquí encontrarás guías, consejos, historias, y todo lo necesario para comenzar con confianza.